El mandala, aparte de ser un precioso
elemento decorativo y ornamental, es un gran medio para relajarnos y sanar
nuestro interior.
Mandala significa círculo mágico y tanto si los usamos para colorearlos
o simplemente los contemplamos detenidamente, nos serenan y pueden llegar a
transformar el ambiente que nos rodea.
Hay mandalas de muchos tipos según sea
su origen. Los más conocidos son los de la India y el Tíbet pero también los
encontramos en la cultura celta, el arte gótico y en los pueblos andinos e
indios, entre otros.
Los mandalas elevan nuestro espíritu, nos llenan de optimismo,
serenidad, energía positiva y resultan una gran herramienta de equilibrio
psicológico y emocional. El hecho de colorear uno de de estos dibujos puede
llevarnos a tal estado de tranquilidad y paz interior que haga que nos
olvidemos por unos momentos de todos nuestros problemas y preocupaciones.
Su realización es muy sencilla. Para ello podemos utilizar lápices de
colores, rotuladores, ceras, acuarelas, etc. y tenemos la libertad de elegir
los colores a nuestro gusto; si conocemos el significado de cada color podremos
influir en la sanación de los aspectos que más nos interesen.
Para conseguir un mayor beneficio interior tenemos dos opciones: al
empezar a colorear desde el centro hacia afuera liberaremos las emociones
negativas transformándolas en energía positiva; si lo hacemos desde el borde
hacia dentro lograremos una gran paz interior y mayor conocimiento de nosotros
mismos.
Además de todo lo anterior y una vez finalizada la tarea, si es nuestro
deseo podemos enmarcarlos y convertirlos en bonitos cuadros que adornarán el
lugar donde estén ubicados y lo llenarán con las mejores y más positivas
energías.
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